Como seres humanos, es natural tener pensamientos negativos de vez en cuando. Son pensamientos que nos hacen sentir ansiosos y preocupados, o tristes, enojados, molestos. Y es normal tener pensamientos aún más negativos de lo usual durante un período de tiempo estresante como este. Ahora bien, es una capacidad importante de la vida poder pasar algún tiempo, con pensamientos incómodos y difíciles, ya que nos pueden ayudar a solucionar problemas. Por ejemplo, pensar sobre una prueba de matemáticas próxima podría hacerme sentir preocupado, ansioso, pero también podría ayudarme a crear un plan de estudios. O pensar sobre un momento en el que no reaccioné de la mejor manera al berrinche de mi hija, podría hacerme sentir triste y decepcionado de mí mismo, pero podría también usar esos pensamientos para ayudarme a crear un mejor plan para la próxima vez que ella tenga un berrinche. Aunque a veces nos encontramos pasando mucho tiempo pensando negativamente sobre nosotros mismos y sobre cosas que ya sea han ocurrido en el pasado, o que podrían ocurrir en el futuro. Y no usamos ese pensamiento estratégicamente, para solucionar problemas, en cambio nuestros cerebros se centran una y otra vez en esos pensamientos que causan que nos sintamos mal de nosotros mismos y de nuestras vidas. Eso se llama rumia. Y el primer paso para combatir estos pensamientos, es solamente ser consciente de sus patrones de pensamiento, Dar un paso atrás y darte cuenta de que estás rumiando. Y es importante no juzgarte por eso, ya que tener pensamientos negativos, es simplemente parte de ser humanos. A continuación, considera si hubo algo que provocó tu pensamiento negativo. Por ejemplo, ver demasiadas noticias en los medios sociales, sobre el coronavirus en particular, puede provocar algún pensamiento negativo sobre tu vida, la forma en que tu vida ha sido afectada y preocupaciones sobre el futuro. Si conoces tus detonantes, entonces puedes tratar de ya sea evitarlos, o abordarlos más con más cuidado. Así que en ese ejemplo puedes asegurarte de limitar tu consumo de noticias a varias veces al día, y solamente de fuentes de noticias confiables. Otra cosa útil que puedes hacer cuando te encuentres teniendo pensamientos negativos, es hacerte 3 preguntas sobre esos pensamientos. Número 1, ¿son verdaderos? Número 2, ¿me ayuda a pensar sobre ellos en este momento? Y número 3, ¿qué le dices a un ser querido que tiene estos mismos pensamientos? Examinémoslas uno a uno. La primera pregunta que hay que hacer sobre tus pensamientos negativos es, ¿son verdaderos? Recuérdate que simplemente porque piensas algo, no significa que es cierto. Nuestros cerebros tienen ciertas formas de pensar que nos ayudan a entender el mundo rápidamente, pero esos pensamientos pueden también llevar a pensamientos negativos y falsos. Algunos ejemplos de esto son los pensamientos absolutos. Por ejemplo, si pierdo la paciencia con mi hija, eso debe significar que soy un padre horrible. Ese ejemplo es también lo que se llama pensamiento de filtro porque me califico como un padre horrible Ignoro todas las veces que le canté nanas, sequé sus lágrimas, preparé su desayuno favorito. Una vez que te das cuenta de que tus pensamientos negativos no son ciertos, recuérdate por qué, y después cambia tu enfoque a algo diferente. También puedes intentar escribir los pensamientos negativos y por qué no son ciertos. Y después puedes arrugar ese papel y tirarlo directo a la basura. La segunda pregunta que debes preguntarte sobre tus pensamientos negativos es, aún si son ciertos, ¿me ayudan a pensar en ellos en este momento? ¿Me ayudan a solucionar problemas o crear cambios positivos para elaborar soluciones, para abordar estas cosas negativas que pienso? Si la respuesta a eso es no, escríbete un plan para cuándo y con quién hablarás sobre lo que tienes en la cabeza, para que entonces puedas hacer algo productivo sobre ello. Una vez que hagas eso, entonces concéntrate en algo diferente. Si tu cerebro empieza a tener esos pensamientos de nuevo, recuérdate de cuál es tu plan. La tercera pregunta que debes hacerte si aún estás teniendo problemas pensando en una forma equilibrada y positiva, es, digamos que tuviste un buen amigo o a un ser querido que vino a ti y te contó que estaba viviendo, estaba teniendo los mismos pensamientos negativos que tienes. ¿Qué le dirías a ellos, para ayudarlos a pensar más positivamente y sentirse mejor? Después di lo mismo a ti mismo. Mereces la misma compasión que le darías a otra persona. Ahora bien, he mencionado sobre cambiar tu pensamiento a algo diferente después que has hecho estas preguntas y has completado este proceso. Una vez que has abordado tus pensamientos negativos involúcrate en actividades que requieren mucha atención. Ello puede incluir hacer algo activo, pasar algún momento afuera, aún idealmente en algo con un poco de naturaleza en ello como un parque, y quizás contactar a un amigo o a un ser querido. Por último, la meditación es una práctica maravillosa que ayuda a centrar la atención y calmar la mente. Busca aplicaciones y clases gratis en línea. MANTENTE FUERTE Para más información vista el Centro de Recursos COVID-19 Montefiore o cdc.gov/COVID19